Cuatro mitos sobre la Sanidad Divina





 


Mateo 8:1-3 “Al bajar Jesús por la ladera del monte, grandes multitudes lo seguían.  De repente, un leproso se le acercó y se arrodilló delante de él.   
—Señor —dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio. Jesús extendió la mano y lo tocó:—Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano! Al instante, la lepra desapareció.
Objetivo: Enseñar sobre los cuatro mitos y ayudar a detectarlos y poder vencerlos.
1.     La  enfermedad produce santidad.

En la actualidad, uno de los mayores obstáculos al ministerio de sanidad, es el concepto de que la enfermedad es esencialmente buena para nosotros, que Dios nos la envía para purificar nuestra alma y formar nuestro carácter

Muchos creyentes estiman que es mejor soportar la enfermedad que ser sanados. Aceptar la "cruz de la enfermedad" se considera como una digna imitación de Cristo. Muchos que pudieran ser sanados no lo son, simplemente porque piensan que no deben serlo.

2.     Determinismo Divino

Se refiere al hecho que creemos que Dios tiene todo bajo control y todo lo permite y está bajo su voluntad, y aunque esto es totalmente cierto, hay una verdad más fuerte que debe de prevalecer.
Hay personas con enfermedad, y mantendrán enfermas a menos que cambien su convicción.  Algunos dicen ¿para qué orar?; o “si Dios decidió sanar, las personas se sanarán con o sin oración”
Ejemplo: no querer recibir las vacunas, porque si Dios quiere que me enferme, me voy a enfermar; y si Dios no lo quiere, no va a pasar. Si un niño pequeño llora y levanta a la mamá por un dolor, la madre se levanta y de inmediato busca como curar al hijo, llama al médico etc. ¿Cómo pensar que Dios no se va a interesar por calmar el dolor de su hijo?




3.     La enfermedad es el castigo que me merezco.

Debemos estar conscientes de que uno de los obstáculos y problemas de a la oración de sanidad, es que las personas toman decisiones equivocadas. No es que Dios quiera la enfermedad, pero muchos las tienen por sus malas decisiones. Aunque ciertamente hay responsabilidades que asumir. Dios quiere sanarte.

4.     La formula de la fe

Hay muchas personas que se respaldan con la fórmula de la fe, es decir, que si yo tengo FE, definitivamente Dios sanará. Pero no siempre es así. Debemos comprender que Dios no es una fórmula. Si me puede y quiere sanarme pero no es una barita mágica.

Conclusión:  Respecto a los diversos obstáculos teológicos al ministerio de sanidad, hemos visto que aceptar la enfermedad como una bendición santificante, soportarla pasivamente como un decreto de Dios y sustituir la fe genuina por la presunción: todo esto tergiversa el concepto bíblico de la enfermedad y de la sanidad.

Reto de valientes:

1.     Enseña estas cuatro verdades a uno o dos amigos de confianza en esta semana. Eso ayudara a que otros también reciban sanidad.

2.     Ten presente la oración de sanidad del Aniversario y comienza a invitar amigos y familiares que estén atravesando quebrantos de salud para que asistan.

3.     Si estás enfermo(a) declara ¡SOY SANO! En el nombre de Jesús.

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