¡Amor a mi mismo!
¡Amor a mi mismo!
¿Quién me enseña a amarme?, ¿Donde se origina el amor a mi mismo?, ¿Cuánto me debo de amar?, Muchas son las preguntas que surgen cuando
nos vemos al espejo. ¿Cuánto debo cuidarme, de quererme, de respetarme? Es necesario conocer la perspectiva de Dios
sobre ti.
Romanos 12:3 "Digo, pues, por la gracia que me es
dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de
sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la
medida de fe que Dios repartió a cada uno.
1 Yo debo de amarme como
Dios me ama. Fuimos creados a su imagen y semejanza. No pensó en nosotros como
plato de segunda mesa ni como sobras de la creación. Fuimos sellados con su
espíritu y el pensó en cada detalle de mi vida y de la tuya. No fuimos creados
al azar. Gén. 1:26, “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza”. Esto se repite en 1 Cor. 11:7 y Sant. 3:9. Por esta razón debe
haber amor propio, respeto propio.
2. Debo tener un pasamiento con cordura. La cordura me lleva a ubicar la
medida correcta. Cuando pienso con cordura tengo un buen juicio sobre mi valor.
No pienso ni más ni menos de mi. Hay
personas que en lugar de tener un pensamiento con cordura ellos piensan con
GORDURA e hinchan su ego de tal manera que nadie más que ellos cabe en el lugar
donde están. 2 Tim. 3:2, “hombres amadores de sí
mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios”
4. Cuando tienes una
identidad en Cristo tienes un amor para ti y para compartir. Busca constantemente
llenarte del amor de Cristo y amor se manifestara en toda tu vida.
Comentarios
Publicar un comentario